Dolores Ibárruri Gómez, “La Pasionaria”
(9 de diciembre de 1895 – 12 de noviembre de 1989).
En 1918, utilizó por primera vez el pseudónimo Pasionaria para un artículo publicado en la prensa obrera titulado El Minero Vizcaíno.
De familia minera, muy pronto militó en las filas socialistas. Al producirse la revolución rusa de 1917 se manifestó entusiasta del bolchevismo y desde sus orígenes pasó a militar en el Partido Comunista de España (1921) donde ocuparía puestos de responsabilidad, siendo detenida en numerosas ocasiones.
En 1930 fue elegida miembro del Comité Central del Partido. En 1931 trabaja en la redacción del periódico del Partido, Mundo Obrero. En 1933 fue presidenta de la recién fundada Unión de Mujeres Antifascistas. Poco tiempo después se destacó en el Congreso de los Diputados de la II República como diputada del Partido Comunista por Asturias.
Figura relevante durante la Guerra Civil, fue elegida Vicepresidente de las Cortes Republicanas en 1937. Durante este período, su actividad fue fundamental pues hablaba al pueblo, escribía, publicaba sus discursos y se desplazaba al frente a visitar a las tropas.
Dolores representaba para los fascistas no sólo ese odioso ruido de los proletarios capaces de juzgar la realidad y la historia, sino, además, la transgresión de la mujer opuesta al prototipo reaccionario femenino. Suyo fue el lema «¡No pasarán!», acuñado durante la defensa de Madrid.
Tras finalizar la Guerra Civil, se exilió en la URSS, donde caería abatido en Stalingrado su único hijo varón Rubén Ruiz Ibárruri a la edad de 22 años.
En el año 1942 es elegida Secretaria General del Partido Comunista clandestino (PCE). En 1960 presentó su dimisión para pasar a ocupar el cargo de Presidente del partido.
A los 67 años recibe el premio Lenin de La Paz (1967) y el doctorado honoris causa en Historia por la Universidad de Moscú.
Durante la transición volvió a España en 1977 tras 38 años de exilio donde seria elegida de nuevo diputada por Asturias en las primeras elecciones democráticas.
La Pasionaria nunca abandonó su actividad y murió en 1989 a la edad de noventa y cuatro años en su ciudad natal.
